Cuando la duda habla

¡ Elvia Amalia Navarro Jurado
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En los Ãēltimos meses el mundo entero ha enfrentado una situaciÃŗn complicada. El miedo, el dolor, el temor, y la desesperaciÃŗn estÃĄn fluyendo cual rio desbordado en cada continente, en cada país, en cada regiÃŗn, poco a poco las calles comienzan a inundarse de ello y a vaciarse de personas.

Ante la amenaza a lo desconocido, nuestros corazones se llenan de inseguridad y temor. El no tener el control de una situaciÃŗn causa estragos en nuestra mente, en nuestro corazÃŗn, y en nuestra espiritualidad.

Países cerrando sus fronteras. Miles de personas varadas en aeropuertos a lo largo y ancho del planeta. Gobiernos llamando a sus connacionales a regresar a casa. Autoridades de diversos gobiernos declarando situaciÃŗn de emergencia. Esa es la realidad que, como humanidad, estamos enfrentando.

Las redes sociales no ayudan mucho en este clima de incertidumbre. InformaciÃŗn va y viene como llevada por el viento. Es el mismo viento que trae a nuestras vidas incertidumbre, temor, miedo, pÃĄnico, y desesperanza.

Los medios de informaciÃŗn nos bombardean a cada minuto con el avance de este terrible mal que estÃĄ, rÃĄpidamente, invadiendo cada calle de nuestras ciudades. Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, y así como la televisiÃŗn (abierta y restringida) hacen una cobertura impresionante no sÃŗlo sobre el avance sino sobre los efectos que Êste mal estÃĄ trayendo.

Si tÃē has puesto tu fe en la persona de Cristo JesÃēs es normal que te preguntes ÂŋdÃŗnde estÃĄ Dios en todo esto? MÃĄs si eres un padre de familia que vive al día. La economía comienza a tambalear. Muchos han perdido ya sus empleos debido a que empresas han tenido que cerrar sus puertas. Muchos mÃĄs lo harÃĄn como consecuencia de la pandemia que estamos enfrentando.

La incertidumbre es real. La pregunta es, “ÂŋquÊ hago con el temor que siento?”

Permíteme compartir contigo algunas verdades que se hablaron cientos de aÃąos atrÃĄs y cuyos efectos son reales en la actualidad. El temor y la incertidumbre son reales. Pero tambiÊn lo son la paz, la confianza, y la tranquilidad. Hoy mÃĄs que nunca tenemos que recordar lo que Dios hablÃŗ (y continÃēa diciendo). La Palabra de Dios permanece para siempre.

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Juan Marcos Lecuona tiene una pasiÃŗn: comunicar dinÃĄmicamente las verdades eternas de la Biblia de una manera fresca, creativa y contemporÃĄnea. Viaja mucho para enseÃąar y ministrar en iglesias en los Estados Unidos y MÊxico, y actualmente es miembro de la Iglesia Bíblica Juriquilla en QuerÊtaro, MÊxico. Juan busca ampliar su alcance adquiriendo una Maestría en Teología, basÃĄndose en sus estudios teolÃŗgicos en el Seminario TeolÃŗgico de Dallas en Texas. Puedes accesar a su blog tanto en inglÊs como en espaÃąol entrando a http://www.chacho.org

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