DONATO, PRESIDENTE….EN EL EXILIO

Para cuando se hizo más conocido ya nadie recordaba esa historia pueblerina, que merece ser contada, pues son sus comienzos.

Don Donato era un joven bien educado, joven por los años, y como algunos de su generación, a principios de los años ochenta consiguió viajar a Ucrania, donde se graduó como uno de los mejores pilotos de su promoción.

Poco después volvió a Guinea, y el destino quiso que acabara conduciendo un taxi para subsistir, mientras los pilotos extranjeros se encargaban de esos servicios en todos los aviones de las compañías que operaban en el país.

Conocimos a Don Donato Obiang Ada por primera vez el día de la Revuelta Popular contra el Franco Cfa en África Central y África del Oeste organizado por las organizaciones civiles y sobre todo de comerciantes en todo el continente.

El Franco Cfa, la moneda FIAT colonial era el principal símbolo de opresión colonial de Francia en África; un símbolo muy amargo para Francia y para África.

Los pueblos exigían cambios contundentes, pues la crisis económica había forzado el desempleo en países como Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial, y las tensiones políticas no mejoraban la situación.

Muchos jóvenes, como Donato se vieron obligados a emigrar a las zonas rurales y volver a los poblados de sus padres, mientras en las zonas urbanas se asentaba lo peor que la corrupción y el desorden pueden brindar en una sociedad joven.

Junto a sus familias, la vida en el interior del país era más tranquila.

En el interior del país, Guinea Ecuatorial y en medio de la selva, la información llegaba al destino más tarde que en las zonas urbanas.

Por eso aquella tarde, cuando la Revuelta se volvió más violenta, y muchos vándalos aprovecharon la situación para iniciar una serie de pillajes a la población indefensa; y recién saliendo de su finca y de cazar algo para dar de comer a su numerosa familia, Donato se vió interceptado por un grupo de jóvenes en actitud violenta y muy agitados, y lo que se dice que es que intentó convencerles de que todo eso, lo que sea que querían, podía resolverse sin agresiones, por lo menos en Guinea Ecuatorial. 

Allí estaba él, solo con su machete, cuando esas bandas de agitadores le obligaron a elegir, o la Revuelta o la Muerte.

En ese preciso instante dejó de ser Donato y se convirtió en Don Donato. 

Esos jóvenes, una veintena, no eran más altos ni más grandes ni fuertes que él, tampoco eran extranjeros, eran todos guineanos.

Aquí empieza la historia Don Donato, de cómo la vida cambió.