Daniel Pinilla Gómez (Sevilla, 1974) es un tipo de difícil etiquetaje. Formalmente está licenciado en Ciencias de la Información y en Filosofía, pero suele admitir que es la segunda rama la que más le ha aportado. Para ahondar en su afición a lo contradictorio, se desempeñó durante diecisiete años como periodista deportivo —también de viajes y analista político—, en los que cubrió todo tipo de eventos internacionales de alto nivel. Cocinero antes que fraile, se ha propuesto poner la lupa en los entresijos de la fabricación de las noticias balompédicas y en las entrañas de ese negocio llamado fútbol, con la sana intención de gamberrear, divertirse escribiendo y tratar de llegar a ciertas conclusiones morales. Después de enfrentarse, y superar, un proceso oncológico originado por un tumor cerebral, se siente más que liberado para no estar pendiente de a quién gusta y a quién no. Considera que no deben existir reglas para escribir, así que ha decidido soltar El regate infinito, un zambombazo intelectual en forma de non fiction novel que supone su undécimo libro publicado. Once, como once elementos componen un equipo de fútbol. Su deporte favorito.