Dios nos ha dado autoridad sobre todas las fuerzas del mal.Β Debemos usar esta autoridad.Β Sin embargo, la manera como tratamos con los demonios, no es la misma con la que tratamos con los brujos, los hechiceros y aquellos que desean nuestro mal.
Los demonios son espΓritus y a Γ©stos podemos βatarβ.Β Los brujos, hechiceros, santeros, personas que practican proyecciΓ³n astral, etc., son humanos; estΓ‘n vivos, por lo tanto a ellos no podemos βatarβ, pero la Biblia nos revela como debemos de defendernos de ellos y sus enviaciones:Β orando para que se les devuelva su propio mal y sus planes de maldad queden frustrados.
Las oraciones de regreso al remitente deben manejarse con un espΓritu de guerra agresivo. CompromΓ©tase a ello y no deje de orar hasta que tenga paz y alegrΓa en su espΓritu, hasta que haya recuperado todo lo robado.
La oraciΓ³n de regreso a los remitentes ha producido una poderosa liberaciΓ³n y victoria para millones de personas. Las flechas malvadas volverΓ‘n a quienes las enviaron cuando haga las siguientes oraciones viΓ©ndose victorioso, Β cambie su mentalidad a un βYA bastaβ y le diga a las tinieblas: hasta aquΓ llegaste.Β