En el lugar de la rec├бmara donde estuvo enferma, donde muri├│ y donde ahora vivo, en el muro contra el cual la cabecera de su cama se apoyaba, he puesto un ├нcono -no por fe- y ah├н pongo siempre flores sobre una mesa. Llego a no querer viajar m├бs para poder estar ah├н, para que las flores que est├бn ah├н nunca se marchiten.
Desde el 26 de octubre de 1977 -al d├нa siguiente de la muerte de su madre- hasta el 15 de septiembre de 1979, Roland Barthes llev├│ un diario de duelo, 330 fichas, la mayor├нa de ellas fechadas, que constituyen el conjunto publicado aqu├н por primera vez.