Douglas Adams vuelve a explorar las posibilidades hilarantes de la ciencia ficción, pero tomando también como base la tradición del humor de Lewis Carroll, que le permite inventar espacios impensables, objetos charlatanes y paisajes pintorescamente absurdos.
Douglas Adams fue el creador de toda una serie de manifestaciones diversas y contradictorias de la Guía del autoestopista galáctico, que salió a la luz por primera vez en forma de novela radiofónica. Tras el rotundo éxito de la radionovela, el autor la convirtió en libro, y más adelante participó en las adaptaciones de la misma a series televisivas y teatrales, un juego de ordenador, cómics y toallas de baño. Douglas Adams dio conferencias y participó en programas de televisión en todo el mundo, además de colaborar directamente con la Dian Fossey Gorilla Fund y la Save the Rhino International. Adams nació en Cambridge, Reino Unido, y vivió con su mujer y su hija en Islington, Londres, hasta que se trasladó a Santa Barbara, California, donde murió inesperadamente en 2001. Tras su muerte, la película del Autoestopista dejó atrás los bajos mundos de los guiones televisivos y ascendió hasta las altas cumbres de la producción, que se ha servido en gran medida del guión original de Douglas Adams. Anagrama ha publicado, entre otros títulos del autor, su “trilogía en cinco partes” formada por Guía del autoestopista galáctico, El restaurante del fin del mundo, La vida, el universo y todo lo demás, Hasta luego, y gracias por el pescado, Informe sobre el pescado e Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva, para celebrar a este autor que, aunque inigualable, ha sido comparado con Lewis Carroll, Jonathan Swift, Kurt Vonnegut, Groucho Marx y los fabulosos Monty Python.