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Si el exterior se ve mal, imagina cómo se ve la maquinaria por dentro. Lo más probable es que sea aún peor: vasos sanguíneos obstruidos problemas cardíacos montones de azúcar y grasa estacionadas en o alrededor de los órganos vitales condiciones como diabetes, tensión nerviosa, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares que se están gestando silenciosamente.
Si las autoridades del acondicionamiento físico quisieran, crearían una legislación para hacer que el ejercicio sea obligatorio tan pronto como el bebé salga de la cuna, no durante la adolescencia, cuando es probable que ocurra la obesidad.
Pero el fitness no debe estar ligado a ninguna edad. Puede comenzar a los 10 oa los 30, incluso a los 50 o 60. El ejercicio no debe verse como una cura para una enfermedad que ya tiene, sino como un mantenimiento preventivo.
Comience con la pregunta, "¿Cómo estoy?" ¿Alguna de estas respuestas se aplica a usted?
¿Tengo sobrepeso?
¿Parezco una manzana o una pera?
¿Tengo una rueda de repuesto?
¿Mi piel se ha vuelto excesivamente seca, casi delgada como el papel?
Luego pregunte, “¿Cómo me siento?”
¿Me duelen las articulaciones antes o después de cualquier esfuerzo físico?
¿Estoy constantemente preocupado y ansioso?
¿Me siento cansado y lento la mayor parte del tiempo?
¿Sufro de cambios de humor?
Última pregunta: "¿Cómo estoy?"
¿Es difícil caminar y subir escaleras?
¿Tengo problemas de concentración?
¿Correr es imposible para mí ahora?
¿Soy incapaz de sentarme derecho, prefiriendo encorvarme o encorvar mis hombros?
Ha completado su evaluación básica.
Tenga en cuenta, sin embargo, que otros gurús del ejercicio o del fitness tendrán sus propios parámetros o índices para evaluar el estado general de su cuerpo.
¡Convirtiéndote en un aficionado al fitness!
