El gato como sÃmbolo del mal tiene una larga tradiciÃģn en Occidente. En la supersticiosa Edad Media llegÃģ incluso a representar a SatanÃĄs al visitar la tierra; era el animal de compaÃąÃa de las brujas. En el romanticismo se puso de moda como animal literario por excelencia, por su aire misterioso, sus ojos relucientes y su aparente serenidad. El propio autor del relato, Edgar Allan Poe, tuvo en casa ese animal domÃĐstico. Pero en realidad, el gato es aquà la vÃctima de los desvarÃos y alucinaciones, por no hablar de los instintos criminales del narrador.
Con el relato El gato negro, tenemos de nuevo el tema del "crimen perfecto" planeado frÃamente por un asesino inteligente y calculador. En su interior, el propio narrador lucha contra sus insatisfacciones y frustraciones acrecentadas por el alcoholismo, y trama una venganza inmolando al inocente animal, por el que sentÃa gran afecto. El gato es el ojo acusador, su propia conciencia, capaz de examinar su psique desviada y enloquecida. Su maldad psicopÃĄtica lleva al protagonista al asesinato.
Edgar Allan Poe naciÃģ en Boston en 1809, hijo de actores de teatro que fallecieron cuando aÚn era un niÃąo de corta edad. E. A. Poe es considerado el padre del relato detectivesco moderno y del cuento de terror. Alabado tambiÃĐn por su personal poesÃa, desde los franceses Charles Baudelaire y MallarmÃĐ hasta el americano Walt Whitman o los argentinos Jorge Luis Borges y Julio CortÃĄzar, que no han ahorrado palabras de elogio y admiraciÃģn por su singular creaciÃģn literaria, tal vez Única.
Sin embargo, en torno a su figura moral como escritor, su editor oficial, Rufus Griswold, creÃģ una leyenda denigrante y difamatoria, falsificando incluso documentos, lo que daÃąÃģ su imagen en su patria, Estados Unidos. Por ello, fue mucho mÃĄs apreciado en Europa (sobre todo por parte de escritores franceses e ingleses) despuÃĐs de 1870.