La organizadora de fiestas Holly Denison había decidido que si quería ser alguna vez la protagonista de una de las bodas que organizaba, tenía que ponerse manos a la obra. Seguramente sus amigos podrían concertarle unas cuantas citas a ciegas.
Y así fue como conoció a Jake Lincoln. Era guapo, rico... el marido perfecto. Ahora sólo le faltaba que accediera.