Desde el momento en el que la cometa de Angus Calder interrumpió su siesta en la playa, Kenzie Daniels se sintió perdida. Y parecía que el impetuoso niño estaba igualmente encantado con ella... no como su guapísimo y frío padre. Era obvio que a Ross Calder no le hacía ninguna gracia que su hijo se encariñara con Kenzie, ¿por qué entonces ella sentía el impulso de acercarse al vulnerable padre que estaba tratando de crear un vínculo con el pequeño?
Se suponía que aquellas vacaciones en la playa unirían a Ross con su hijo, pero aquella belleza rubia era la única a la que ambos estaban empezando a sentirse unidos...