Mistral tuvo una fuerte y sostenida conexiÃŗn con la naturaleza. Su infancia en un lugar en donde el paisaje era protagonista -las montaÃąas y los cielos del Elqui- debe haber propiciado que creyera, como siempre lo hizo, en una estrecha correspondencia entre naturaleza y vida. Su mirada de la flora, la fauna y los entornos que la rodearon es delicada y espiritual y tiene a
menudo un alcance social.
Elogio de la naturaleza, al cuidado de Daniela SchÃŧtte GonzÃĄlez, reÃēne mÃĄs de setenta escritos en prosa de la Premio Nobel de Literatura donde su mirada, su imaginaciÃŗn y sus recuerdos se despliegan con la fuerza inconfundible de su escritura. Las aguas, las arenas, los sauces, las piedras, las montaÃąas, las ballenas, el alerce, los queltehues, los grillos y las tortugas, entre otros, son los protagonistas de estas pÃĄginas de conmovedora belleza en las que Gabriela Mistral elabora la posibilidad de un consuelo en el tiempo paralelo que propone la naturaleza.
Gabriela Mistral, una de las grandes poetas del siglo xx, naciÃŗ en VicuÃąa, Chile, en 1889 y muriÃŗ en New York en 1957. Obtuvo, entre otros reconocimientos, el Premio Nobel de Literatura en 1945 y el Premio Nacional de Literatura en 1951.
En poesÃa publicÃŗ DesolaciÃŗn (1922), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954). PÃŗstumamente aparecieron Poema de Chile (1967) y AlmÃĄcigo (2016), entre otros.
Fue tambiÊn una prosista cuya importancia es redescubierta crecientemente. En esa lÃnea, Lumen ha publicado NiÃąa errante, su correspondencia con Doris Dana, y Caminando se siembra, conjunto de prosas inÊditas.