El diÃĄlogo Filebo comienza cuando ha finalizado, sin resultados firmes, la discusiÃģn entre SÃģcrates y Filebo. El primero sostenÃa la primacÃa de la inteligencia, la prudencia y la memoria, como componente de la vida buena, el segundo sostenÃa la mayor importancia del placer, el gozo y el disfrute.No bien Protarco reemplaza a Filebo como interlocutor de SÃģcrates, ÃĐste admite que en realidad la vida buena no puede prescindir ni del placer ni de la inteligencia, por lo que en realidad se le debe otorgar el primer puesto en la consideraciÃģn a una vida mixta: nadie desearÃa una vida de pensamiento sin placer, y tampoco es admisible una vida puramente placentera sin facultades intelectuales. Queda por resolver cuÃĄl elemento de los ya considerados va a obtener el segundo premio. Para ello SÃģcrates despliega un anÃĄlisis en el que distingue cuatro clases: lo ilimitado, el lÃmite, la mezcla de ambos, y la causa de la mezcla. La tarea consiste en determinar a cuales de estas clases pertenecen el placer y la inteligencia. El diÃĄlogo avanza analizando los distintos tipos de placeres en puros e impuros, verdaderos y falsos; y los conocimientos en tÃĐcnicos, culturales, y la dialÃĐctica, cuyo objeto es lo verdaderamente real. Ninguno de estos pueden estar ausentes de la vida buena.La conclusiÃģn final es que lo bueno de la vida mixta es la fÃģrmula o la proporciÃģn con la que se mezclan estos componentes, y esta procede de la inteligencia, no del placer.Los comentaristas seÃąalan que el estilo literario y la composiciÃģn dramÃĄtica del diÃĄlogo han sido dejados en un segundo plano respecto de las obras anteriores de PlatÃģn, para dar lugar a definiciones, clasificaciones, y un lenguaje tÃĐcnico mÃĄs bien ÃĄspero, propio de una exposiciÃģn didÃĄctica.