Las hoy conocidas como “Florecillas de San Francisco” son producto de una suma de autores anónimos pero llenos del espíritu de Francisco; se escribieron hacia el primer siglo del nacimiento de los franciscanos. En todos los personajes mencionados en las florecillas podemos descubrir lo esencial del espíritu franciscano, que apunta a un estilo de “ser y vivir” las enseñanzas de Jesús.