En Granada la bella, Ganivet se planteó la necesidad de tratar asuntos de actualidad sobre la ciudad, a la vez que se establecían diferentes comparaciones con otras ciudades. Pese a que Ganivet nunca confió en el éxito de este libro, del que llegó a plantear la posibilidad de imprimir sólo un puñado de ejemplares para los amigos, el interés por los enormes cambios que se comenzaban a producir en la geografía urbana de Granada lo convertirían en un libro que todavía hoy forma parte del inconsciente colectivo.