Nada más ver a la guapísima Britt Patterson, Mitch decidió que sería la última mujer con la que se casaría: era demasiado espontánea e indomable... era demasiado fácil enamorarse de ella, y Mitch había jurado no volver a entregar su corazón a nadie. Ni siquiera a la mujer que ya había conquistado su alma...