Siendo como era espía de la reina, lady Sarah de Remy no tuvo más remedio que obedecer sus órdenes y casarse con William de Bronwyn, un poderoso guerrero que la hacía temblar de miedo y sentir a la vez un deseo que nunca antes había experimentado. Sara debía apoyar a Leonor de Aquitania en sus intrigas palaciegas aun a costa de su reputación, como siempre había hecho.William había conocido las peores atrocidades del mundo. No tenía tiempo para las emociones. Pero le resultó sorprendente descubrir, al tiempo que daba rienda suelta a su pasión, que lady Sarah era alguien diferente a quien parecía ser. Pronto descubrió también que el matrimonio con ella no iba a ser algo fácil, primero tendría que averiguar sus intenciones y llegar al fondo de su alma...