La democracia no es una cosa rígida que se utiliza para forzar a la sumisión de los pueblos porque la democracia por etimología y por sentido común ni somete ni oprime, sino que convence.
La democracia convence a las personas a opinar y a participar en las cuestiones públicas y de interés común.
La democracia es lo único que hace falta para que se inicie un cambio social que separe a las naciones de todo sistema que lo tiene atado y no lo permite crecer.
Muchas Repúblicas Democráticas del mundo son buenos ejemplos de sociedades que siguen buscando incesantemente el camino hacia la democracia, mediante fases históricas que no impedirán de ningún modo que los pueblos siempre decidan lo que mejor les conviene en cada época.
Y lo mismo sucede en África, el paraíso de las repúblicas democráticas en busca de la democracia y en pleno proceso de construcción democrática.
La decisión de sumir a los pueblos en la eterna pobreza es ciertamente el mayor problema de muchos estados africanos, con situaciones que se crean solo para perjudicar a la población y que benefician siempre a intereses individuales y corporativos, y nunca patrióticos o nacionalistas.
Esa triste realidad es la antidemocracia que se observa en las democracias africanas y que los políticos no pueden mencionar pues es precisamente su obra política.
Siempre hay excepciones, es verdad y hay muchos países en África que son democráticos hoy porque ayer se crearon para la democracia, pero esa no es la realidad de otra larga lista de países.
Por eso para los panafricanistas, es mejor no ser secesionista cuando se analiza en abstracto las aspiraciones democráticas en África.
Nuestros países, los más ricos del mundo, están siendo empobrecidos por la ambición y avaricia de unos pocos junto a sus colaboradores occidentales, y ese es un problema existencial para las personas inteligentes en todo el continente y en la diáspora, y para la comunidad internacional.
Todos pretendemos luchar contra la corrupción y por la democracia, pero al igual que un racista no puede luchar contra el racismo, un corrupto no puede luchar contra la corrupción o al menos, es la persona menos indicada.
Pero si nos tomamos en vano que la riqueza y la abundancia de nuestros países está siendo perdida en las ambiciones y los caprichos personales de unos cuantos, entonces estamos colaborando con el sarcasmo político y el asalto a las arcas públicas que están impidiendo a los africanos vivir a la altura de su capacidad y su talento.
Gracias por leer estas líneas.
Javier Clemente Engonga,
09.07.2021
Soy el Arquetipo del Liderazgo, con experiencia ejecutiva en gestión de políticas públicas, fintech, comercio internacional y mercados globales, especializado en consultoría estratégica y soluciones de servicios empresariales para Asia y África, América del Sur y el Caribe, América del Norte, la República Popular China, Japón, India, Singapur y la Unión Europea.
Máster en Negocios Internacionales (MBA) por el Instituto Europeo de Posgrado (IEP) de España, y los estudios de la licenciatura en comercio internacional y economía en la Universidad de Xiangtan (Hunan 湘潭 大学), República Popular China. Como socio fundador y director general de numerosas empresas africanas de consultoría en estrategia de inversión y fintech, soy un firme defensor del avance de la internacionalización de las pymes africanas.
Mi experiencia en la gestión de políticas públicas incluye, entre otros, los cargos de Director General de Contenido Nacional en la Industria Petrolera e Inspector General de Contenido Nacional en la Industria Petrolera del Ministerio de Minas (2010-2013), Director General de Promoción Comercial e Inversiones Privadas (2013-abril 2015) y Director General de Comercio en el Ministerio de Comercio y Desarrollo Empresarial de la República de Guinea Ecuatorial (junio 2015-2019).
Como ya he dicho en alguno de mis libros, la mente es un ordenador cuántico que procesa la realidad que percibimos; en este sentido, la humanidad como organismo neurobiológico es un ordenador casi infinito que crea la realidad simulada que llamamos ''vida'' y que a su vez da sentido a nuestra ''existencia''.