Se enfrentaba a una difícil decisión: volver a su vida en Nueva York, o seguir a aquella mujer... Lo primero que dijo el millonario Wade Harrison al despertar tras el trasplante de corazón, fue: "Dale un abrazo a mis hijos". Pero él no tenía hijos. Convencido de que su nuevo corazón le estaba pidiendo que cuidara de los hijos del donante, Wade viajó a Tribute, Texas, para encontrar a la bella madre, Dixie McCormick, una mujer que le aceleraba el pulso con sólo mirarla. Había algo en aquel guapo desconocido que a Dixie le resultaba familiar, así que decidió darle un trabajo en su cafetería. Cuando Wade por fin le confesó la verdad, Dixie no sabía qué pensar... porque ya se había enamorado de él...