Casi cuarenta años después de la matanza, en la plaza de Antón Martín, una escultura en bronce del pintor Juan Genovés recuerda a los asesinados. Se llama El Abrazo. El lugar es simbólico: a unos metros está la casa donde ocurrió todo. Igual que esa escultura, este libro ―en el que Jorge M. Reverte e Isabel Martínez Reverte han hecho una exhaustiva investigación y una brillante recreación de los hechos―, pretende ser un recordatorio y un homenaje a aquellos jóvenes a los que arrebataron la vida por luchar por sus ideales y por una España que estaba creando su futuro.