Josep Pla recorrió durante cuatro años los caminos de Italia, desde los valles de los Alpes hasta las polvorientas tierras del sur. Reportero con olfato a la caza del detalle más pintoresco, erudito entusiasmado por la historia, turista curioso, explorador de conventos, fondas, mercados y museos, poeta arrobado ante la densidad artística que le rodea y humanista seducido por la vida cotidiana..., Pla compone un fresco puntillista cuyas pinceladas recogen los infinitos matices del mundo retratado.
«Lo que no podré dejar jamás es mi recalcitrante vagabundaje», Josep Pla