Megan recordaba a Tyler perfectamente. Era el hombre impresionantemente guapo que la había fulminado con la mirada cuando, unos años antes, anunció que se iba a casar con otro hombre. Pero esta vez, su mirada era la de un hombre que deseaba a una mujer y que la iba a conseguir a cualquier precio.
Megan sabía que tendría que pagar un precio muy alto por esa pasión. A menos que pudiera convencer a ese hombre sexy y millonario de que la verdadera felicidad pasaba por el matrimonio...