Julio Femat (Aguascalientes, 1964). Su familia emigró a varias ciudades mexicanas en busca del sustento, pero finalmente se asentaron en Guadalajara, Jalisco, donde estudió la educación básica en escuelas públicas y el bachillerato en la Universidad de Guadalajara. Poco después, en 1986, solicitó el ingreso en la Escuela Profesional de la Policía Federal de Caminos, en donde, al cabo de quince meses de capacitación, empezó a recorrer las carreteras de los estados mexicanos de Jalisco, Campeche y San Luis Potosí. En este último lugar presentó su renuncia para buscar un futuro más estable. Regresó a Guadalajara e incursionó en el oficio de las artes gráficas, en el que descubrió el apasionante juego de las letras y las imágenes.
En 2010 fue alcanzado por "la revolución de las comunicaciones cibernéticas, y el negocio —como camaleón— se disfrazó con hardware y software en un eslabón más del mundo de la red de comunicación internacional, la internet", pues su empresa de impresión tradicional se transformó en una proveedora de servicios de facturación digital. Escribir ha sido un sueño literal, que pudo llevar a buen término con la ayuda esencial de Irma Raquel Castellanos, y con el apoyo profesional de Rodolfo de la Torre y Felipe Ponce, una cómplice, un ilustrador amigo y un amigo apasionado de la literatura, respectivamente. En 2020, en medio de la pandemia, dice, "sigo con la esperanza de vivir y no despedirme sin dejar un mundo mejor".