En ella se aprecia la admiración de su autor por la ciencia aplicada, tan presente en toda su obra, sintetizándola a través de uno de sus personajes que encierra en sí mismo el conocimiento y la capacidad de adaptación al medio del hombre: el ingeniero Cyrus Smith (Cyrus Harding en la versión de Agnes Kinloch). Dicho personaje, dotado con un amplio conocimiento general, articula la historia y la hace verosímil. El libro forma parte de una trilogía que además componen Veinte mil leguas de viaje submarino y Los hijos del capitán Grant.