Pocas obras existen que naveguen a travรฉs de la complejidad del hombre de una manera tan precisa como esta novela. En Karain: un recuerdo, el Otro no es un ser menospreciable incapaz de sentir remordimiento o dolor, ni los marinos britรกnicos que trafican con armas miran con menosprecio a su interlocutor, puesto que todos se saben indefensos ante los embates de la fatalidad y el recuerdo. De algรบn modo, los personajes de esta novela saben que la amistad y el respeto mutuo son las รบnicas anclas para no navegar sin rumbo en el ocรฉano de la locura. La ironรญa que recorre esta historia de fetiches, amuletos, convicciones arrolladoras y destinos trรกgicos, ambientada en los exรณticos archipiรฉlagos malayos descritos con deslumbrante y exacta belleza; la tensiรณn que vuela en pos de un desenlace que orilla el amor como un sueรฑo imposible, y la maestrรญa de quien deja en suspenso sus recursos รบltimos para dar cima a un relato esplรฉndido, confirman una vez mรกs la validez actual de la obra de ese marino por vocaciรณn y escritor tal vez por fatalidad, que diera una de las mรกs imponentes muestras a la literatura inglesa de principios del siglo XX. Joseph Conrad, quien dijo que esta era una de sus mejores obras, muestra en Karain: un recuerdo al hombre y su peculiar complejidad en perpetuo combate con la curiosa vida, โese misterioso arreglo de lรณgica implacable con propรณsitos fรบtilesโ, con una sensibilidad inรฉdita en la era colonial. Su mirada recorre tanto las bellezas naturales de Malasia como los tenebrosos recovecos del alma humana.