India no se podía creer que se hubiera dejado convencer por su exjefe para volver a trabajar con él. Era arrogante. Dominador. La obsesionaba de un modo que no quería admitir. Cuando se fue del trabajo y lo dejó plantado se sintió genial, pero después, al ver al gran multimillonario completamente impotente ante un bebé, accedió a sus demandas. Y le preocupaba que no fuera a ser la última vez.