Charlotte Greenstone no tenía tiempo para los hombres, de modo que se inventó uno muy conveniente que, sin embargo, guardaba un parecido altamente inconveniente con el atractivo Greyson Tyler. Para proteger su humillante mentirijilla, Charlotte tuvo que rogarle a Grey que se hiciera pasar por su prometido.
Cuando vio las impresionantes curvas de Charlotte, Grey no se pudo resistir a la tentación de hacer su propia y extravagante propuesta: Él fingiría ser su prometido con la condición de que los dos pudieran disfrutar de todos los beneficios de ser pareja.