ante los ojos de Dios es de gran valor". 1 Pedro 3:4
Uno pensaría que la misma apertura de esta causa es suficiente para llevarla a cabo; y la explicación de la naturaleza de la mansedumbre y la quietud debería bastar para recomendárnosla. Una dulzura tan amable aparece en ella a la primera vista, que si miramos su belleza, no podemos sino enamorarnos de ella. Pero debido a la oposición de nuestros corazones corruptos a ésta, así como a las otras gracias del Espíritu Santo, me esforzaré por mostrar más particularmente la excelencia de ella, para que podamos ser llevados, si es posible, a estar enamorados de ella, y a someter nuestras almas a su encantador poder.