Nykyrian Quiakides se ha ganado a pulso ser el comandante de más alto rango del grupo de asesinos de la Liga. Siempre ha sido fiel a dicha organización militar, y en su nombre ha llevado a cabo todo tipo de misiones. Pero la última que le encomiendan pone a prueba su fidelidad y su nobleza. Así que cuando se niega a asesinar a una niña, se ve obligado a desertar. Ante esta traición la Liga pone precio a su cabeza e intenta impedir que Nykyrian ejecute su encargo actual: proteger a Kiara Zamir, una mujer que, debido a las alianzas políticas de su padre, se ha convertido en el blanco de todos los objetivos terroristas. A pesar de sus reticencias, Kiara no tiene más remedio que aceptar su protección si quiere seguir con vida. Ella detesta a su protector porque es el mismo tipo de hombre sin escrúpulos que mató a su madre. Pero en un mundo cada vez más peligroso, la única manera de sobrevivir es aprendiendo a confiar el uno en el otro.