La amante del oficial
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Unos días después, su marido se vio obligado a desaparecer, y ella acabó prisionera en el gueto judío de Cracovia, hasta que la resistencia la sacó de allí. Entonces, Emma adoptó una falsa identidad y renunció a su religión.
La precaria situación de Emma no hizo más que empeorar cuando conoció al comandante Richwalder, un alto oficial nazi que la contrató como ayudante. La resistencia comenzó a presionarla para que utilizara su privilegiada posición para recabar información sobre la ocupación nazi y Emma se vio obligada a poner en peligro su vida y sus votos matrimoniales, para ayudar a la causa.
Al mismo tiempo que se intensificaban las atrocidades de la guerra, lo hacía también la relación de Emma y el comandante hasta llegar a un punto en el que no sólo pondría en peligro su vida sino también la de aquellos a los que más quería.
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Posteriormente, Pam aceptó un nombramiento como asistente especial del secretario del ejército. Este cargo le brindó la oportunidad de presenciar y participar en las operaciones en los niveles más altos de gobierno.
Tras su trabajo en el Pentágono, Pam se convirtió entonces en funcionaria del servicio exterior con el Departamento de Estado y fue asignada al consulado de los EE.UU. en Cracovia, Polonia, durante más de dos años. Fue durante este período que Pam ha desarrollado su experiencia en las relaciones polaco-judía y el Holocausto, trabajando en cuestiones tales como la preservación de Auschwitz y la restitución de los bienes judíos en Polonia y el desarrollo de estrechas relaciones con la comunidad judía superviviente. Pam sigue participando en los asuntos polacos y judíos mediante la publicación de artículos y es asesora de diversas organizaciones.
Después de haber dejado el servicio exterior en 1998 para asistir a la escuela de derecho en la Universidad de Pennsylvania, Pam ahora vive en Filadelfia, donde trabaja como abogada y se centra en la juventud de riesgo, aliviar el hambre y la indigencia. Cuando no escribe novelas o se dedica a su trabajo de abogada, Pam disfruta de pasar el tiempo con su familia y amigos, ir a la playa, o animando a los Philadelphia Eagles, leer, viajar y participar de los deportes (es cinturón negro de segundo grado en karate).
