Las palabras nunca llegaron y nunca salieron de mi boca, en vez de eso simplemente presionÊ mis labios contra los suyos y le besÊ mÃĄs apasionadamente de lo que habÃa besado en toda mi vida. Todo el dolor, los celos y la atracciÃŗn que habÃa tenido que ocultar salÃan a borbotones a la superficie y no pude hacer otra cosa que rendirme a ello. Al principio, le sorprendiÃŗ mi abrazo, pero empezÃŗ a mover sus dulces labios contra los mÃos. EnrollÃŗ sus brazos a mi cuerpo y se inclinÃŗ hacia atrÃĄs, haciendo que quedara encima de Êl mientras sus manos acariciaban mi espalda. Su tacto era elÊctrico y dejaba un rastro de piel de gallina en todos los lugares por los que pasaban sus dedos. SentÃa como si estuviera soÃąando otra vez.
Su beso se hacÃa cada vez mÃĄs intenso antes de morderme suavemente el labio, gemà cuando...