Su primera novela calificada como folletinesca destaca por sus rasgos autobiográficos más que por su valor literario. Ambientada en el paisaje de Muxía que conocía bien, construye una trama muy complicada de pasiones y conflictos amorosos : una madre y una hija enamoradas del mismo hombre. Una vez más, Rosalía se centra en el tema del amor como sentimiento que acarrea el dolor y la frustración.