No sospechaba que en cuanto la tuviera en sus brazos, no querría dejarla marchar... El hotel Summerhill Lodge atraía a una clientela muy exclusiva y Ethan Rae no era ninguna excepción. Lucy McKinlay no pudo evitar fijarse en lo guapísimo que era aquel huésped, aunque lo que realmente atrajo su atención fue el misterio que se reflejaba en sus ojos. Era evidente que no era sólo el turismo lo que había llevado al empresario a aquel rincón del mundo... Tenía fama de conseguir siempre lo que deseaba y, en aquel momento, lo que quería eran respuestas... y Lucy era el modo de encontrarlas.