El periodista Frank Molina pierde en un segundo todo lo que construyó en sus veinte años de carrera como cronista judicial. Tras ser echado del periódico en el que trabajaba, y sin posibilidad de conseguir un nuevo puesto en otro medio, se rebusca la vida como detective privado. Uno muy particular que lidia con sus demonios, con el licor, las drogas y los medicamentos para la bipolaridad. En su primer caso importante debe investigar el extraño asesinato de un congresista, acusado de apoyar a los paramilitares. Sus alucinadas pesquisas lo llevarán de un extremo a otro de la ciudad hasta descubrir a una misteriosa e indómita mujer, una luchadora sin par en el ring: Lady Masacre.