Su padre quería que encontrara novia, mientras que el príncipe Maxim prefería continuar soltero. Así que decidió contrariarlo saliendo con Francesca Charming, una plebeya con la que jamás podría casarse. Pero pronto se dio cuenta de que aquel plan de seducción era demasiado peligroso... y ahora su corazón corría peligro.
La veterinaria Francesca Charming no creía en los cuentos de hadas, aunque los besos de aquel príncipe estaban consiguiendo que se replanteara tal incredulidad. Fran sabía que aquello no podría continuar... a menos que encontrara la manera de llegar al "y fueron felices para siempre".