Relato tan breve como interesante de León Tolstoi, en el que el maestro ruso, nos da una auténtica lección de cómo en pocas páginas se puede hacer toda una reflexión alrededor de las distintas maneras de afrontar la muerte, ese paso tan trascental en el devenir humano que despierta miedos e inquietudes por lo que tiene de desconocido e irreversible.