Letra torcida, letra torcida
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MÃĄs de veinte aÃąos despuÊs, Larry, condenado al ostracismo, lleva una existencia solitaria a cargo del viejo taller de su padre. Silas ha regresado despuÊs de una prolongada ausencia y se ha convertido en el alguacil del pueblo. Cada uno lleva su vida como buenamente puede. Silas ve a Larry de vez en cuando al pasar con el coche por delante del taller de camino a cualquier otra parte. Procura que sus miradas no se crucen.
Pero los dos viejos ÂĢamigosÂģ se verÃĄn obligados a retomar el contacto y a confrontar un doloroso pasado. Los buitres han hallado en el rÃo el cadÃĄver descompuesto de un conocido camello de poca monta y acaba de desaparecer otra chica.
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Tom Franklin (1963) naciÃŗ y se criÃŗ en Dickinson, una comunidad no incorporada del condado de Clarke, en la zona central del sur de Alabama, no muy lejos de Monroeville, hogar de Harper Lee. Alguien le dijo una vez que un pueblo es donde para el tren. En Dickinson no paraba. Apenas 300 habitantes y dos iglesias baptistas, una para negros y otra para blancos. Muchos rifles y cazadores furtivos. Mal sitio si no te gusta matar. Algo parecido al villorrio de Faulkner. Infancia de jugar en la espesura y tratar de huir con la imaginaciÃŗn de las cosas que sangran: cÃŗmics de Marvel y DC. Espacio: 1999 y GalÃĄctica Estrella de Combate. Edgar Rice Burroughs y Conan el BÃĄrbaro. Familia muy devota, pentecostales que manifiestan su fe con curaciones milagrosas y hablando en lenguas desconocidas, ÂĢtodo menos la manipulaciÃŗn de serpientesÂģ. Franklin recuerda que para protegerse del pecado, tuvo que arrojar a las llamas su preciada colecciÃŗn de libros de TarzÃĄn.
En el colegio y en el instituto, malas notas. PÊsimo en ÃĄlgebra. Stephen King. Luego trabajos duros. Operador de maquinaria pesada en una fÃĄbrica de arena. Inspector de residuos tÃŗxicos en una planta quÃmica. ÂĢTrabajar aÃąos como una mula para dueÃąos millonarios de fÃĄbricas en Detroit, mal pagado, sudando, respirando polvo de sÃlice, junto a hombres de espaldas arruinadas que heredaron el trabajo de sus padres y que jamÃĄs consideraron la posibilidad de ir a la universidad, hombres muy dados al insulto racistaÂģ. De noche empleado en el depÃŗsito de cadÃĄveres de un hospital, de dÃa asistiendo a clases de escritura creativa en la Universidad del Sur de Alabama. En 1998 conoce a su esposa, la poeta Beth Ann Fennelly. Al aÃąo siguiente gana el prestigioso premio Edgar Award por el relato ÂĢFurtivosÂģ y publica su primer libro. James Franco ha comprado los derechos para adaptar al cine tres de sus obras. El tren sigue sin parar en Dickinson.
