En cuanto su vida se cruzó con la de Sebastian Sinclair, Kree O'Sullivan estuvo segura de una cosa: aquel hombre tenía poder. Tenía el poder de apropiarse de su apartamento, y lo hizo. Y el poder de destruir su negocio. Pero, para sorpresa de Kree, Sebastian también tenía una debilidad: ella.
Cada vez que la miraba, Kree podía ver el deseo en sus ojos, además de una misteriosa lucha interna...