Las iglesias están llenas de fingidores perfectos que llegan a ser perfectamente desleales. La clave maestra de Satanás siempre ha sido en engaño y el fingimiento. Un líder que no pueda ver más allá de la máscara de un fingidor sufrirá de su ceguera.
La intimidación, la familiaridad y la confusión son espíritus malignos que luchan los ministros. La mayoría de las veces, la gente ni siquiera sabe lo que está luchando contra ellos. Este libro te ayudara a identificar y a combatir al enemigo desde adentro.