«No ha faltado en torno de Los intereses creados —¿cómo no?— el mosconeo acusador de plagio. Y tan plagio. Los intereses creados es la obra que más se parece a muchas otras de todos los tiempos y de todos los países. A las comedias latinas, a las comedias del arte italiano, a muchas obras de Moliere, de Regnard, de Beaumarchais. A la que menos se parece es, justamente, a la que más dijeron que se parecía, al Volponeoriginal de Ben Jonson.»