Por más que Jace crea que el póquer es como la vida misma, nadie le dio el mismo manual de estrategias a Quent. Después de la primera noche de pasión, comienza el verdadero juego de amor y confianza. Sin embargo, Jace ha estado jugando solo demasiado tiempo como para poder enseñar las reglas de manera fácil. Jace solo habla dos idiomas: uno es el sexo, y el otro el póquer. Entre ambos, necesitan encontrar una manera de convencerse de darle una oportunidad al amor, y a Quent de que le dé una oportunidad a él. Afortunadamente son buenos descifrando probabilidades, porque juegan para ganar, y esta es una relación de alto riesgo por la que de verdad vale la pena arriesgarse.