Expulsado de la escuela a los ocho años, escapado de la casa paterna a los dieciséis, autodidacta, pintor, mecánico, obrero portuario, soldador, ayudante en una biblioteca, inventor tan empeñoso como fracasado, nacido en Buenos Aires en 1900, Roberto Godofredo Arlt es uno de los autores más significativos de la literatura argentina y latinoamericana.
Extraordinario cronista, autor de cuentos fundamentales, dramaturgo, periodista, sus novelas El juguete rabioso, Los siete locos y Los Lanzallamas revolucionaron el ambiente literario de su época. En el prólogo de una de ellas dirá, en su característico estilo: "El Futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y que los eunucos bufen".
Admirado por Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Ricardo Piglia, Abelardo Castillo y Rodolfo Walsh, quienes abierta o sutilmente lo emularon, Arlt expresó su potencia literaria con un argot propio, una peculiar combinación del español rioplatense con una sintaxis que parece influida por el alemán paterno. Además de agudo observador de la vida cotidiana de su tiempo, fue, ante todo, un escritor desbordante de vitalidad que marcó a fuego a su generación y a las siguientes generaciones literarias argentinas.
Fallecido prematuramente en 1942, además de las mencionadas fue autor, entre otras obras, de El Jorobadito, El amor brujo, El criador de gorilas, El crimen casi perfecto, las piezas teatrales Trescientos millones, Saverio el cruel, La prueba de amor, El humillado, África, La isla desierta y de las innumerables crónicas publicadas en los diarios Crítica y El Mundo de Buenos Aires, que fueran recopiladas en diferentes volúmenes, como Aguafuertes porteñas, Aguafuertes españolas, Entre crotos y sabihondos, Cronicón de sí mismo, El idioma de los argentinos , Las muchachas de Buenos Aires, etc.