Al cumplir los veinticinco, la tímida Suki Langston, que llevaba años enamorada de Ramón Acosta, vivió con él una ardiente noche de pasión. No esperaba quedarse embarazada, y mucho menos que ese embarazo fuera a tener un triste desenlace que acabaría con sus esperanzas de un futuro junto a Ramón. Sin embargo, meses después, el arrogante magnate reapareció en su vida decidido a que le proporcionara un heredero, y esa exigencia, aunque indignante, reavivó el ansia de Suki por ser madre y por volver a sentir el fuego de sus caricias.