Mentiras que matan

Vuelve Sophie Hannah, la autora de Los crímenes del Monograma.

Cuando Nicki Clements se encuentra atrapada en un atasco, en medio de todos los coches ve un rostro que creía que no volvería a ver. Se trata, definitivamente, de él, el mismo agente de policía, parando ahora a cada uno de los vehículos en Elmhirst Road. Presa del pánico, Nicki hará una peligrosa maniobra con el coche con tal de poder evitar encontrarse con él.

O eso es lo que ella cree. Al día siguiente, Nicki será interrogada en relación al asesinato de Damon Blundy, un polémico columnista que reside en las inmediaciones de Elmhirst Road.

Nicki no puede responder a ninguna de las preguntas que le hacen los detectives. Desconoce por qué el asesino utilizó un cuchillo, y además de una manera tan peculiar, sobre el cuerpo del periodista o por qué la expresión NO MENOS MUERTO fue pintada en la pared del estudio de Blundy. Y Nicki tampoco podrá contar por qué ese día salió a toda prisa evitando pasar por Elmhirst Road, ya que para ello debería revelar un secreto que le podría arruinar la vida.

Porque, a pesar de no ser culpable de asesinato, Nicki está lejos de ser inocente...

La crítica ha dicho...
«Un impecable thriller psicológico que indaga en las perversiones de las redes sociales y cómo nuestros secretos y vidas paralelas en la red pueden acabar por perseguirnos como un fantasma.»
Carlos Sala, La Razón

«Hannah ha reavivado el género policial inventando un nuevo estilo. Se le podría definir como cotidianamente gótico o cotidianamente radical.»
Spectator

«Cuando se trata de dar giros excepcionales, pocos escritores pueden igualar a Sophie Hannah.»
Daily Express

«Un genio del thriller doméstico. Hannah crea personajes aparentemente comunes pero cuyas peculiaridades psicológicas los convierten en seres tan monstruosos como cualquier asesino en serie.»
The Guardian

«Me encanta como consigue llegar hasta el lector a través de unos personajes magistralmente construidos, con una complejidad tan real que es muy fácil entrar en la historia y sentirse atrapado en su mundo.»
Tabuyo Alonso, Al principio fue el verbo y el verbo se hizo libro