Beatriz está llena de contradicciones. Por un lado, se siente culpable de vivir una existencia acomodada que nunca le interesó; por otro considera que vendió sus sueños para seguir los pasos del amor al lado de Mario, su marido.
En la alocada cabeza de su juventud, ella quiso dedicarse a ayudar al prójimo a través de su profesión y, en lo más íntimo, esperó vivir de ese modo al lado de Carlos, su amor platónico. Pero llegó Mario y puso su mundo patas arriba como un huracán.
Ahora, desilusionada, imagina cómo hubiera sido su futuro sin la intervención de Mario... Y se lanza a la búsqueda de sus sueños, sin entender que al destino no se le puede engañar.