Hasta que, tras ser testigo de un brutal asesinato, Grace se dio cuenta de que su vida corría peligro y decidió pedirle ayuda a Ray. Sin dudarlo un momento buscó la protección de sus brazos... y deseó con todas sus fuerzas no haberlo abandonado nunca. ¿Era solo porque parte de aquella ardiente pasión todavía sobrevivía, o acaso había algo más? ¿Era posible que de verdad estuvieran hechos el uno para el otro?