El guapísimo empresario Benjamin De Silva estaba acostumbrado a ir en el asiento del conductor, pero, cuando se vio en la necesidad de contratar a un chófer, la bella y directa Jess Murphy le demostró que, en ocasiones, ir de copiloto podía resultar igual de placentero.
A Jess no le impresionaba su riqueza, pero cada vez que miraba por el espejo retrovisor le entraban ganas de saltar al asiento de atrás y someterse a todos los deseos de Benjamin. La reciente OPA de Ben la había dejado sin trabajo, y sabía que debía mantenerse alejada de él...