En la vida de la protagonista no abundan los acontecimientos notables. Es más, Jean Serjeant es un flaubertiano cœur simple, pero su propia simpleza, por su terca curiosidad y su extraña inocencia, la convierten en un ser extraordinario. De modo que la trama de su vida no la formarán su desolado matrimonio, su decisión de abandonar al torpe esposo, su vida solitaria y prolongada hasta el 2021, sino toda una serie de preguntas que la cercarán de modo obsesivo. Algunas serán triviales (¿cómo fumar todo un pitillo sin que se caiga la ceniza?), y otras sublimes (¿es absoluta la muerte? ¿es absurda la religión? ¿es permisible el suicidio?), y no siempre encontrará respuestas satisfactorias, de modo que acabará preguntándose por la legitimidad de esas preguntas.
«Julian Barnes es uno de nuestros escritores más inteligentes». (Ian Hamilton, London Review of Books).
«Mirando al sol consigue ser, a la vez, divertida y desolada…, compulsivamente legible». (Kate Kellaway, The Literary Review).
«Julian Barnes, malabarista y taumaturgo. En Mirando al sol, una serie de interrogantes trascendentes sobre el valor, la certidumbre, la vejez, la muerte o la fe se revelan como insólita y divertida materia narrativa». (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia).
«Una maravillosa epifanía literaria». (Carlos Fuentes).
Julian Barnes (Leicester, 1946) se educó en Londres y Oxford. Está considerado como una de las mayores revelaciones de la narrativa inglesa de las últimas décadas. Entre muchos otros galardones, ha recibio el premio E.M. Forster de la American Academy of Arts and Letters, el William Shakespeare de la Fundación FvS de Hamburgo y es Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres.