La librera de El Cairo, con su ecléctico reparto de personajes entrañables, nos transporta a una ciudad que trasciende a su propia historia, y nos permite asistir a su lenta pero audaz transformación para alejarse de un sistema arcaico, misógino y corrupto. Como El edificio Yacobián, de Alaa Al Aswany, en su momento, este libro permite que sean los protagonistas y sus pequeñas historias los que construyan el alma de la capital de Egipto.