«No siempre es bueno ganar, pues de las victorias nada se aprende. Poco a poco conseguí que mis aspiraciones se hicieran realidad, tomando decisiones controvertidas pero siendo muy consciente de asumir después las consecuencias.
Hubo momentos en los que nadie pareció comprenderme y en los que me faltó apoyo, a pesar de vivir rodeada de seres queridos.
Lo tenía todo, pero era incapaz de sentirme bien conmigo misma. Vivía conforme a unas normas, cada día más asfixiantes, y bajo el paraguas de una comodidad que sólo me producía hastío.
Hasta que encontré un lugar donde por fin pude olvidarme de todo... De todo menos de él. Aunque fue tan efímero que al volver a la realidad no fui capaz de enfrentarme a los problemas.»