En la charla se suceden e intercambian reflexiones, consejos, secretos familiares, experiencias y pertinentes disquisiciones acerca del bien y el mal, la responsabilidad personal, la identidad, la conciencia, la enfermedad y la finitud. Sobre ambos hombres se cierne la sombra de un suicidio familiar, y Mario le recuerda a su nieto que, como decía Camus, el suicidio es el único problema filosófico importante... y la primera opción que deberíamos descartar.
Norbert Bilbeny ha escrito una obra breve y excepcional, en la que la melancolía no renuncia a la esperanza ni reniega de la memoria, y que asume que «el esfuerzo de conocerse a uno mismo vale la pena» en una vida que gira «vertiginosa, pero familiar, siempre alrededor de lo conocido», porque «... todo se va y todo vuelve, pero sin ser ya lo mismo que fue en el punto de partida. No es un círculo cerrado. La vida avanza en espiral».